La palabra proteína se deriva de la palabra griega proteios, que significa “de primera importancia”. Las proteínas son las moléculas más versátiles del cuerpo. Proteína es un polímero de aminoácidos. Un aminoácido tiene un átomo central de carbono con un grupo amino (–NH2) y uno carboxilo (–COOH) unido a él (Saladin, 2013). Los 20 aminoácidos que constituyen a las proteínas son idénticos, excepto por un tercer grupo funcional llamado radical (grupo R), unido al átomo central de carbono. En el aminoácido más simple, la glicina, R es tan sólo un átomo de hidrógeno, mientras que en los aminoácidos más grandes incluye anillos de carbono. Algunos radicales son hidrófilos y otros hidrófobos (Afinidad por el agua). Alanina, Leucina, Arginina, Lisina, Asparagina, Metionina, Ácido aspártico, Fenilalanina, Cisteína, Prolina, Glutamina, Serina, Ácido glutámico, Treonina, Glicina, Triptófano, Histidina, Tirosina, Isoleucina, Valina.
Un lípido es una molécula orgánica, por lo general compuesta sólo de carbono, hidrógeno y oxígeno, con una elevada relación de hidrógeno a oxígeno; por ejemplo, la grasa llamada tristearina tiene la fórmula molecular C 57 H 11 0 O6 (Mas de 18 hidrógenos por cada oxígeno). Los lípidos están menos oxidados que los carbohidratos y, por tanto, tienen más calorías por gramo. Aquí se consideran los cinco tipos principales de lípidos en los seres humanos: ácidos grasos, triglicéridos, fosfolípidos, eicosanoides y esteroides. Un ácido graso es una cadena de 4 a 24 átomos de carbono con un grupo carboxilo en un extremo y uno metilo en el otro. A los ácidos grasos y las grasas que se hacen con ellos se les clasifica como saturados o insaturados (Saladin, 2013).